viernes, 23 de septiembre de 2011
























El encuentro con la realidad


Hace más de cuatro años inicié la experiencia de abrir un blog. La intención no era sino expresar y compartir tanto las experiencias como las reflexiones personales, como una incursión y participación en la realidad social que discurre cada día inexorablemente. En este tiempo, mi intención original se ha visto limitada por mil condicionantes impuestos por las ocupaciones cotidianas, que presionan sobre uno mismo y le imponen el silencio. Hoy quiero retomar aquel viejo deseo y escribir en este blog los ecos de mi propia realidad personal.



El momento histórico que nos toca vivir es una llamada a la comunicación y expresión de cada uno de nosotros. En vez de mantenernos en silencio como ciudadanos indiferentes, hemos de ser parte integrante de esta sociedad que necesita nuestra reafirmación, nuestros deseos, nuestras necesidades..., pero, sobre todo, dotándola con nuestra capacidad de ser, nuestro potencial humano, las reflexiones, las ideas, siendo ciudadanos integrados en el compromiso social, conscientes de nuestras propias responsabilidades. La realidad social no es algo que pueda ser vivido desde la imposición, la dirección o la autoridad, sino desde la participación de cada ciudadano, desde la pluralidad.


En mi vuelta a este blog, solo quiero hacer público mi compromiso personal de darle una dimensión social a mis escritos. Me gustaría ser como un pregonero que se expresa y participa en esta realidad plural como un fiel reflejo de cada ciudadano.



Juan Francisco Martínez Espín















domingo, 10 de junio de 2007

Sueños de un buscador


Hoy quiero comenzar esta nueva experiencia de crear un blog en Internet. Se trata de expresar la necesidad de manifestar y compartir todo aquello que conforma el mundo personal de un ser humano, constituido por sus experiencias, ideas, necesidades, sentimientos, añoranzas, anhelos, alegrías, tristezas, preocupaciones, logros…

El discurrir de la vida física de cada ser humano, en particular, y de la propia sociedad, en general, no constituye sino una entidad hueca destinada a llenarse con las historias personales que, a su vez, dan forma a la historia de una sociedad.

Cada persona es un pequeño universo inmerso en un gran universo. Desarrollamos una existencia soportada por un cuerpo físico y determinada por el deterioro de éste por el inevitable paso del tiempo. Después, desaparecemos. Todo lo que queda se reduce a la historia particular y personal de cada uno y, yuxtapuesta a ella, a la historia general y social que constituyen los hechos.

Este blog nace fundamentalmente con vocación de comunicación. Mi principal intención no será otra que la de participar en cualquier acontecimiento de la historia social, manifestándome y compartiendo mi realidad particular con la realidad general. No considero importantes solo las preguntas típicas existenciales: ¿De donde vengo?, ¿dónde estoy?, ¿adónde voy?, aunque también cabe planteárselas. Lo que realmente me interesa es “el camino por donde voy”, tanto a nivel personal como social. Se trata de poder diseñar “mi propia realidad”, y, por supuesto, “poder participar en el diseño social”, de una forma libre, responsable y ética, sin imposiciones. En mi opinión, la sociedad la formamos todos y cada uno de los seres humanos, no “los intereses de unos pocos”.

Me considero un buscador, entendiendo por tal aquella persona que busca lo mejor de sí mismo no solo como un bien personal, sino también como aportación destinada a enriquecer la vida de la comunidad. Creo que no se puede vivir desde la individualidad o desde los intereses de un grupo privilegiado, sino desde la comunicación, desde la coparticipación en una sociedad en la que todos podamos gozar de los mismos derechos y deberes, al tiempo que adquirimos el compromiso de luchar por una sociedad basada en el bienestar y el desarrollo en todos los niveles de la existencia.

He decidido llamar a este blog “El bazar de las utopías”, porque precisamente se trata de buscar aquella “utopía” necesaria para que nuestros caminos particulares y sociales puedan diseñarse en función de lo mejor para esa sociedad “ideal”; pero, sobre todo, basada en la justicia para todos, no para unos pocos. No se trata de recrear comunas basadas en una utopía social como algo inalcanzable, sino en el esfuerzo personal y comunitario por diseñar, crear y adaptar una sociedad en la que todo el mundo pueda vivir su propia vida con sentido propio, sin ser oprimido o explotado, o simplemente obligado a sobrevivir en condiciones infrahumanas; es decir, en ese umbral en el que la vida se convierte en todo lo contrario de lo que ha de ser. Creo que en este momento histórico y social que nos toca vivir hace falta una ruptura de nivel, fundamentalmente en el aspecto humano y social.

Solo me queda, pues, invitar a toda aquella persona que se sienta interpelada por la comunicación a participar opinando sobre lo que aquí se diga, desde las premisas que antes se han esbozado.

Juan Francisco Martínez Espín